Una historia...I parte


Una mañana fui a mi tercera escuela secundaria por mis papeles, (había reprobado historia, demorando mis trámites, por eso no podía aspirar a la escuela de mi preferencia, hasta el siguiente año) y me encontré a un amigo a quien apodábamos el Sonora, me dijo que si podía acompañarlo a inscribirse, -iba en calidad de acompañante-.

En las puertas de la presidencia municipal estaban en una mesa los organizadores del nuevo plantel, el Sonora dio todo lo necesario y después de haber inscrito a mi amigo, me preguntaron si tambien venia a eso, cosa que negué, pero tras un discurso de que el hombre tiene que prepararse y esas cosas, me convencieron diciendo que no importaba si yo decidía no ir, que solo necesitaban que me inscribiera, como favor a los que si querían estudiar,(ahí me convencieron)¡totalmente gratis!.

Pues bien llego el día que abrieron las clases, y como por puro ocio, decidí asistir, por un tiempo pensaba mientras pudiera con la carga de las clases de electrónica por la tarde.

Así que esos primeros meses mi vida estuvo completamente ocupada, por las mañanas asistía a la preparatoria, de 7:00 am a 2:00 pm, y de ahí salía a Morelia, que entraba a las 5:00 y salía a las 7:00pm, tardaba en llegar a mi pueblo como 50 minutos, y llegando a hacer la tarea, terminaba durmiendo como a las 10:00 pm.

Todos los días me levantaba a las 5:00am a bañarme, y prepararme.

Pues bien llego un momento que ya no podía con tanta carga de trabajo en la preparatoria, y la escuela de electrónica, tuve que escoger y me decidí por la preparatoria (pensando en entrar al tecnológico, a estudiar ingeniería electrónica).

Me agradaba el mito que circulaba en torno a mi en la preparatoria, las grandes expectativas de mis bien amados profesores, destaca uno muy especial, mi profesor de Matemáticas…

Era un hombre de unos 45 años, solteron , de orígenes campesinos, muy rudo por cierto con sus clases, y con los alumnos. Tenía un sentido del humor lleno de sarcasmo, le encantaba ver sufrir a los flojos, en sus exámenes. Pues bien por alguna razón, desde un inicio me intereso ser su amigo, por que estaba maravillado con su personalidad, la de geniecillo olvidado por la sociedad.

Cuando salía lo acompañaba al autobús por que llevábamos el mismo rumbo, compartíamos cigarrillos, y me platicaba sobre Einstein, Newton, Euclides, y sobre otras cosas de ingeniería,

Mi desempeño en su clase fue muy bueno, y la amistad con el excelente., siempre estaba como un buen amigo dando consejos.