Volantes...



Una noche la señora esquizofrenia, me dio un chuchillo oxidado, para que rascara mis huesos y comiera el tuétano, en la sala de tu lúgubre desprecio…
Sabía a vida…a pura y llana vida…
Ya la emoción me ha dejado para convertirse en un montón de tedio, estable, bueno solo un poco…
Disfrutando ahora la falta de una idea, buscaba en las maquinas volantes que han surcado los cielos…

Soñadores como el reflejo bajo el charco, ahí estuve…
Maquinas que se dirigen hacia tus parajes, ¡que tenemos en común, el gran viaje sobre el lomo de una tortuga errante por los cielos!, ¡ha la gravedad también!…
Mi pequeña musa, nada es completamente igual…

¿Cuanto tardaras en nacer y bajo los pies de quien?, te ofrezco un costal de inconformidades, y la traza de una vida, derramada en la basura, a cuyos lados nacen flores silvestres con caprichosa distribución…


Así como la oculta simetría del fractal pasa desapercibida sobre los ojos del que no conoce, paso de lado, ¡ciego!, y hay una completa lógica rebuscada…
Mira que es el sol, que me quema, mira que la luna me congela…
Ahora adonde iras, restauradora de sueños…
¿Sobre el lomo de un elefante volador?…


¿Adonde ira el solitario viajero en su globo?…
¿Estará contaminado?, por que entonces debería ir a arder conmigo…