El otro día...

Estaba en la mesa de un restaurante de mariscos, en compañía del buen “Tuercas”, y Lucas.
Interesante conversación, noticias de un mundo que deje hace unos años. Pero en realidad no estoy ahí, escucho y reacciono pero no estoy.
¡Llego el reparto de almas!...
¡Pero el acelerador está inquieto!...¡calma!...¡acelerador al fondo¡… ¡calma!... ¡riza!….
El tren en el crucero, ¡llegue tarde a ganar el paso!...
¡Tomo una vía alterna!, mas adelante, por que el tren pasará por ahí. Voy completamente solo.
A 50 mts la advertencia…BLUUUUUUP, BLUUUUUUP, BLUUUUUUUUP.
Freno a media vía…
¡Puedo ver al maquinista, a los ojos!...
¿y si no me muevo?...pienso en calma…
mi corazón late…pienso en bajarme a salir corriendo…sigo, ahí…
El maquinista, frenético con el silbato….
JAJAJA, pienso en la inercia del tren…
Volteo al frente, mis manos sudan en el volante…
Acelerador al fondo…
JAJAJA…¡Estoy vivo!.... el sabor del espanto…
Y me burlo de mi estupido desafió…
No muy arrepentido…