Algunas verdades...

Demasiado seco últimamente, por eso hago silencio y no digo nada, solo me dan ganas de patear ratas y montando fotos de los monstruos del jardín.
Ahora todo en calma otra vez, pero como antes sentado en un sillón se consumían en silencio muchos cigarrillos y vi morir el sol entre sueño sin tener ganas de dormir.
Sentimientos encontrados, mucho de eso y pensaba y pensaba hasta que quede sin nada, solo ahí mirando sobre la cortina naciendo y agonizando al sol.
Mas que miseria la mía, gran miseria cuando la nada me alcanza.
Buenas noticias, pasan…
Bien aventurados los que como yo tienen a donde sacar los tormentos y los oídos son resistentes, y los huevos no faltan, y donde el filo de la lengua te diseca y te regresa a la vida.
Amando lo que no podías amar, fundiendo al pasado, mandando a la chigada el odio vertiéndolo sin piedad.
Tan fuera de lugar lo que digo, confrontando mi propio engaño, es como ser honesto en cuanto a la perversidad de la cual uno puede ser capaz, pecados de sentimiento, que esta maldita razón no deja ser, y no se extingue, jodiendo todo.
Y la cosa en la que la locura me convierte me gusta, despierto, preparo un café, recupero mi vida, aquel instante, todo instante. Brillan los ojos, y digo: valla que tengo de chiflado y jodido, pero Shhhhht, no lo digan!, que por fuera me veo normal, un tipo más, alguien en quien podrías confiar y hasta pensar que es noble y justo, con capacidad de hacerse pedazos el mismo convirtiendo todo esto en un gran espectáculo aberrante, seguro les devolvería a la vida, pero aquí necesito mi mascara, todo la necesitamos aún.

En esto estaba metido cuando recibí el siguiente Correo:


Érase una vez un hombre pequeño (no en tamaño sino en espíritu) que creía que el mundo giraba en torno a él, claro para él no era un mundo feliz, pues su amargura, miopía y lastimosa conmiseración tenían que verlo todo negativo para poder explicar su imposibilidad de crecer y de hacer las cosas. Sucede que este hombrecillo era un grandísimo HIPOCRITA pues su boca destilaba una cosa y sus acciones siempre dejaban ver lo opuesto, siempre criticaba a los demás de lo que el no era capaz de siquiera imaginar hacer. Era un arrogante que se creía descendiente directo del pesimismo y de la miseria humana y que se consideraba dotado por la naturaleza humana por una genialidad que (aparentemente) no cualquier mortal podía entender (solo los hipocritillas igual que él).

Este hombrecito imaginaba universos alternos llenos de basura y de pestilencia, pues al parecer solo eso lo hacía feliz. Además de que hilaba tres enunciados y formaba un párrafo y ya se sentía escritor el infeliz.

Sucede que una pobre estupida mujercita ocurresele poner atención en el hombrecillo, tal vez pensando la inocente que esa negatividad y miseria era pasajera, pero no!!!! gran error al parecer asi va a ser toda su insignificante existencia.. . lo que resta a la mujercita es pensar seriamente si podra soportar ese tormentoso hombre en su vida y compartir la infelicidad por algunos años o mejor lo manda rapidamente a chingar a su madre y se busca otro personaje que no éste tan dañado....

Supongo que eso lo descubriremos en otra entrega...
Atte: Yas

Mejor me sente a fumar un cigarrillo y a replantear mi vida, cuanta razón tenia ella yo ya lo sabia.