superestrella de los gusanos


Cautivo en la danza de la perrita bailadora con su vestido cubierto de lentejuelas, ¡Brinco!
Y luego con un arco me disparo convertido en flecha al cielo y en mi precipitar agarro la patita de un querubín y cae conmigo al reino de las apariencias, por supuesto que lo enfrasco y ofrezco en un mercado –a 12 pesos el kilo rebanado-, claro también hay menudencias para los gatos ¡más baratas!...
Como no es buen negocio vender carne de ángel, termina por descomponerse y apestarme todo...
y como era de esperarse, planean lo buitres, sin pudor...que tienen buena estima...
apenas un aperitivo...tantas aves...
Como no soy nada, quise ser una, y me fui a las montañas adoptado...
Mis hermanos nacían del huevo y ¡Eureka!, me zambullí a la matriz, pronto estuve ingrávido olvidando todo...
Hasta que algo debió cambiar pues regresé como caca aguada de reptil…
Y me arrastraba con mis patas de gravedad, amenazando con cubrirlo todo, casi, casi ¡pero si ese dios de oro no lo interpretara como una ofensa!, pues rápido paja que lleva el viento y pelotitas rodantes inseminadas de voraces larvas, regreso al penar ahora seco sin forma y debilitado…

Pero qué tan piadosos los dioses, que me dicen: ¡superestrella de los gusanos!...
Catapultado entre el tiempo-espacio llenando requisitos para la vida donde una perrita bailadora danza con su vestido lleno de lentejuelas...