Mis disculpas a los verdaderos hijos de puta...

En este momento doy una humilde disculpa a todos aquellos que realmente son hijos de puta.
Me doy cuenta que mi ofensa favorita y máxima es decir hijo de puta,y en realidad, pienso que no debe usarse como ofensa, pues se trata de un asunto de supervivencia, o de gusto personal muy respetable.
Hablare una Madre desesperada, imagine usted: Una mujer, que quizás su única meta del dia es darles que comer a sus hijos.
Mis respetos para esas damas, que desde ahora son mis heroinas, ya quisiera el mismisimo George. W. Bush o yo mismo, que su mama hiciera semejante acto de amor y sacrificio.
De las mamas que lo hacen por gusto, pues también es valorable, pues por lo menos de ellas se sabe que aprendieron a disfrutar del sexo, cosa que no muchas mujeres son capaces.
Mi razonamiento con los hijos de la chingada es similar.
Este es un pequeño ejemplo de los prejuicios heredados, por una sociedad mojigata.
Así que tratare de buscar un nuevo máximo sustituto ofensivo.