La ventana...

Al otro lado de la ventana, muchas hojas han caído, el viento las cambia de lugar constantemente hasta que se reducen a polvo…
Esta costumbre de mirar por la ventana en días de lluvia, por escándalos de gatos a la media noche, por espiar la vecina, en fin por mil causas, se ha convertido en un confesionario silencioso.
He vertido mis lágrimas, he pegado mocos, chicles, y he reído en silencio, vomitando borracheras, echando humo de múltiples sustancias, ahí en el marco de esa ventana siempre soñando despierto…
La recuerdo un día de sombras, con mis cortos pasos arrastrando una silla, pegando la nariz en la ventana. Y al rugir del viento, cambiando el ángulo, dos millones de hojas, granizo, lluvia, aire fresco o caliente, ritos en evolución sin pedirlo.
Ahora el tiempo se detuvo frente a mi ventana, un soplo del viento como heraldo de la vida anuncio tu llegada…
Retoño como el árbol!, el gusano, el caracol, voy en subida y en bajada, mis sueños se transmutan, recito nombres griegos, me imagino tu rostro…
No se por que ni cual sea la el motivo de andar por la tierra naciendo y muriendo, contemplando las estrellas, el vaivén de las hojas, las nubes, el sol; ahí estoy!!! Adaptándome con tareas vanas, escuchando mis voces, contemplando esa ventana con extraña paz…