Era niño de bicicleta en la frontera de una ciudad desértica, donde había racimos de casas iguales, todas de tabique tipo “Tente” color rojizo…
Llegaba como novedad el video casero tipo Betamax, y había quien hacia negocio proyectando películas de Rambo y Bambi…
El sol se veía en el horizonte emergiendo directamente de la tierra árida, sin rozar nada antes... Y no había mejor placer que construir una enorme rampa de madera y saltar una y otra vez, siempre con las rodillas y las manos sangrantes, hurgar en la basura buscando una botella de vino con tapa de metal para sacar una canica…
Trepar a los árboles y andar en bicicleta lo bastante lejos como para sentir temor… Y había una fábrica en ruina, por donde el viento aullaba y dabas una probada al fin del mundo, siniestro era estar ahí pero no podía dejar de ir …
¡Tan cerca de las animas!.
Prohibido tenía ir aquel lugar, pero rápido llegaba una y otra vez hasta que encontré gente con harapos afilando sus chillos y riendo con locura, ¡y no me quede a preguntar!
Mi amiga Ana -niña de pecas flaca y pelos rubios a quien su padre le gritaba: ¡si no comes, te voy a poner la comida con un embudo por la cola! mientras la jalaba de los cabellos, y yo ahí aprendiendo a odiar simulando no ver…
Por las noches hacia frió, y después de oír a mi madre con la oracione: virgen de la guarda… y después la oscuridad me agobiaban los recuerdos de la fabrica, el tirón de cabellos y un rostro iracundo y le pedia a dios no me dejarme ver un espanto nunca, ni quedarme sin padres.
Unas mañanas nubladas me encontraba del brazo de la vecina esperando el camión en la carretera, con una mochila azul burda en la espalda, titilando de frió, recién bañado con las ropas limpias, para llegar a la escuela, y ahí trascurría el tiempo simplemente no hablaba mucho…
Al regreso siempre de pie, cuidando no ser aplastado, cada día una odisea, podía sentir tanta miseria en aquella gente sucia y cansada, que habitaba más allá de mi parada de camión… Y cada día imaginaba no tomar el camión correcto y perderme entre aquellas gentes…
Era facil quedar cautivado por los bichos y el aire con pulmones nuevos sabe muy bien...
Misteriosos dias...
y ahora he dado 25 vueltas al sol...
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